Los primeros vestigios de vida humana en el área de Santa Pola se remontan al III milenio a. C., habiéndose encontrado materiales y pinturas del neolítico en la Cueva de las Arañas del Carabassí, así como restos del paso de cazadores-recolectores del paleolítico superior en la Cueva de las Teresitas. En el siglo IV a. C. se construyó un poblado ibérico amuralladao en la desembocadura del río Vinalopó, a orillas de la antigua Albufera de Elche, que sirvió como base comercial, principalmente con Grecia. |
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En el siglo I se construyó, cerca del lugar que había ocupado el poblado ibérico, un puerto que servía a la ciudad de Illici y se denominó Portus Illicitanus, según aparece citado por Claudio Ptolomeo en Civitates Mediterraneae.
Este puerto fue fundamental para el desarrollo del comercio marítimo en la región, además de uno de los puertos más importantes junto con el de Cartagena. En él se preparó en 460 la flota que el emperador Mayoriano había botado para atacar a los vándalos del norte de África y que resultó quemada en el mismo puerto. Del asentamiento romano se conservan una necrópolis, una factoría de salazón de pescado y la Casa Romana del Palmeral. Parte de sus restos aparecen descritos ya en 1621 por el ilicitano Cristòfol Sanz, aunque no serían excavados sistemáticamente hasta el siglo XX.
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Se sabe poco de la situación de Santa Pola en tras la caída del Imperio romano, ya que el puerto quedó prácticamente en desuso y la población de la zona cayó drásticamente. No obstante, se cree que los visigodos tenían una flota lista en él al menos desde la época de Sisebuto (612-621), con la que es probable que el conde Teodomiro repeliera un ataque bizantino en 754. En época medieval debió seguir en uso, pero la primera mención que consta de Santa Pola data de 1275, apareciendo como puerto del Cap de l'Aljub ("Cabo del Aljibe"). El puerto, que volvió a cobrar importancia, se protegió en 1337 con una torre que en 1379 ya estaba comandada por un alcaide, mientras que a su alrededor había un corticho (sic) de pescadores, según el Llibre de Concells de Elche. Aparecieron también unos almacenes que ya aparecen citados a mediados del siglo XV, y documentos algo posteriores hablan ya de tiendas, un horno de pan y de obras para una iglesia. La prosperidad comercial y el peligro de la piratería berberisca aconsejaron a los ilicitanos la construcción de un fuerte o castillo de grandes dimensiones en donde se pudieran refugiar los marineros y mercaderes en caso de ataque. La obra fue iniciada en 1557 por el duque Bernardino de Cárdenas, virrey de Valencia e hijo del marqués de Elche, y en 1562 ya estaba dotada de cañones. En 1609 embarcaron en Santa Pola los moriscos ilicitanos con destino a Orán. |
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En 1739, según un informe redactado por el administrador del marqués de Elche, dentro de las murallas del castillo se encontraban la iglesia de la Virgen de Loreto y 29 casas donde residían 21 familias de soldados, pese a haber desaparecido ya el peligro pirata. |
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En 1761 el Veïnatge d'Elx señala 15 soldados en el castillo y 26 vecinos de dicho castillo (unos 100 hab.), que habitaban la población que ya se iba formando alrededor del fuerte y que aparecía ya claramente definida en 1766 en un plano del "Lugar nuevo de Santa Pola" en el que se señalaban unas tres docenas de casas además del cuartel.
A raíz de las obras de colonización de la isla de Tabarca que comenzaron 1769 y por las que se deforestó buena parte de la sierra de Santa Pola, el número de habitantes aumentó rápidamente.
En 1769 había unos 471 habitantes que en 1794 ya eran 870. Cavanilles, que visitó la localidad ese año, señala que «[...] su caserío es infeliz y pobres los vecinos, ocupados en parte en la agriculturas, y en parte en la pesca. Las mujeres y niños hacen cordeles para las fábricas de Alicante».
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En 1812 aprovechando las circunstancias de las guerras napoleónicas, la población solicitó la independencia municipal de Elche y creó su propio ayuntamiento, aunque la segregación no fue efectiva hasta 1835.
Durante el siglo XIX la actividad pesquera y mercantil de exportación hizo crecer la población casi exponencialmente, al mismo tiempo que la función de veraneo.
Las playas estaban en 1810 ya tan concurridas que el ayuntamiento de Elche se vio en la obligación de publicar un Reglamento y metodo de vida que debe observarse por los que vienen a esta de Santa Pola con motivo de recreo o bañarse.
De hecho, el Diccionario de Madoz (1845-1850) afirma que Santa Pola "consta de 350 casas, casi todas de un solo piso, aseadas, limpias y de agradable aspecto, muchas de las cuales pertenecen á propietarios de Elche, que solo las tienen con el objeto de ir á pasar en ellas la temporada de baños".
En 1874, el rey Alfonso XII le concedió el rango de villa y, ya en 1944, se delimitó su término municipal. En la década de 1950 se amplió el puerto al aumentar la flota pesquera, aunque el impulso definitivo vino dado por el boom turístico de la década de 1960. |
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Las primeras construcciones afectaron a la playa Lisa y a Santa Pola del Este, con casas de una o dos alturas, pero pronto comenzaron las grandes actuaciones a base de edificios de apartamentos de ocho y diez alturas a los que más tarde se añadirían los adosados en las laderas de la sierra. |
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