En este espacio queremos incluir e-mails que nos envian personas que quieren contar su forma de ayudar a los animales. Pequeñas historias,. aunque grandes en humanidad. Perdonad por el retraso, pero son muchos los que llegan y solo puedo poner unos pocos.

Gracias a todos de igual manera.

 

Melina


Actualmente Meli está en un pensionado en Pilar, que estamos pagando con mucho esfuerzo entre tres personas. Desearía con todo el alma poder quedarme con ella, pero trabajo diez horas por día y la realidad es que necesita que de vez en cuando le echen un vistazo.
Melina fue atropellada y abandonada en plena calle en San Isidro, a principios de octubre. Lamentablemente la recogió el Centro de Zoonosis de la MSI para sacrificar. Estuvo en una jaula toda mojada sin agua ni comida por dos días, como consecuencia desarrolló una terrible escara. Cuando me enteré ya era tarde para una operación de columna que le hubiera devuelto la posibilidad de caminar.
La internamos en la clínica veterinaria del Dr. Hutter, en Olivos donde le sacaron una placa y confirmaron que había fractura de columna a la altura T 13 y consecuentemente sección de médula. Me recomendaron sacrificarla porque no volvería a caminar y requeriría muchos cuidados.
Me negué así que la dejamos internada para ver su evolución y darle tiempo a las vértebras fracturadas a soldar.
Al principio estuvo con sonda vesical, porque decían que tenía una vejiga “espástica”, que íbamos a tener que “exprimir” diariamente.
Unos días más tarde pedí que le sacaran la sonda y, gracias a Dios, pudo hacer sus necesidades por sí misma!  
Yo la visitaba tres veces por día, escapándome del trabajo al mediodía. Le llevaba queso, carne picada o comida para mimarla y para que se pusiera fuerte. La higienizaba con óleo calcáreo y le ponía un pañal, tipo pull-ups, con agujero cortado para pasar la cola. En el ínterin, escribí y llamé a todos los lados posibles. Distribuí carteles, sin mucha suerte.
Los fines de semana la llevaba con cuidado en una colchoneta al río, para que tomara un poco de sol y ayudara a soldar sus huesitos. Llevaba un cepillo y la peinaba. Con buen apetito y sin actividad, Melina engordó un poco!.
Cuando estuvo lo suficiente fuerte me contacté con un veterinario en Núñez que se especializa en hacer carros. Junté trescientos pesos en colaboraciones para hacerlo. Cuando lo probamos por primera vez no quiso caminar!!!
Por supuesto, cuando la llevamos a casa, corrió como loca por el jardín.
Meli, pasó un fin de semana en casa y la mimé todo lo que pude. El lunes 21 de octubre partió a su nuevo hogar, el Centro Canino Las Lunas, en Pilar. Ahí conoció a otros perros, algunos que pasan el día y otros que están durante meses cuando sus dueños se van de vacaciones, reformando su casa, u otros motivos. Tenía un canil para ella sola con colchón de viruta, para evitar las escaras por decúbito. Íbamos a visitarla unas dos o tres veces por semana, especialmente los sábados. Ahí Melina estaba bien, pero obviamente lo ideal sería encontrar una familia que la quiera, a pesar de ser diferente.
Con el tiempo hicimos unas pequeñas modificaciones al carro. Por ejemplo, forramos con goma espuma los laterales de aluminio cuadrado, para que los vértices no la lastimaran. También notamos que los suspensores plásticos que pasan por sus ingles la lastimaban y los forramos con corderito. Ella se lastimó las patas traseras por arrastre sobre alguna superficie dura, por lo que probamos ponerle bolitas, pero no dieron buen resultado. Entonces cosimos unos “puños” de corderito para levantarle los pies.
Ahora Meli ya tiene su vacunación completa para este año. El 19 de enero partió a su nuevo hogar la hostería canina Las Palmas, en Pilar. Recorrió el lugar con su carro y se retiró a dormir temprano; demasiadas emociones para un solo día!
A la mañana siguiente conoció a sus compañeros y se adaptó muy bien. Decidimos sacar los “puños” del carrito y descubrimos que Melina todavía puede apoyar una de sus patas traseras con bastante firmeza, aunque cuando está sin el carro ella prefiere arrastrarlas.
Ésta es básicamente la historia de mi lucha por Melina, a pesar de todas las pálidas. No creo en la eutanasia, y mucho menos si es por comodidad para el ser humano!!
Logramos devolverle a Meli una calidad de vida “diferente”, con la que puede ser feliz. Y no es invento mío: se ve en las fotos y en el entusiasmo que demuestra cada vez que vamos a visitarla.
Espero que algún día podamos encontrarle un lugar definitivo. Con todo lo que luchó se merece todo el amor que podamos brindarle.


Gracias Candela
 
Nota de Cosas de perros y de gatos (www.cosasdeperros.com.ar)
Melina merece encontrar una familia que la ame, Adoptala!!!!!
Candela.Rodriguez@aventis.com


www.santapola.com [2002]